Quizá con los años, con las experiencias, acabas sintiendo menos. Son tantas cosas que descubres, tantas cosas que salen mal, que a veces siento que nada me va a devolver la ilusión del pasado.
En realidad hay muchos pequeños momentos de ilusión en mi vida: cuando te compras una caja de doce rotuladores de colores, cuando me como un trozo de tarta de chocolate o un helado muy muy rico, cuando te compras algo que deseabas muchísimo y que no puedes dejar de mirarlo… Sí, son cosas que me hacen ilusión, y muchísima, pero no es lo que busco.
Quiero ver más brillo en mis ojos, y quiero que sea algo más frecuente en mi vida.
Los besos, las caricias y los abrazos ya no me llenan el estómago de mariposas.
Algunas canciones han dejado de hacerme llorar y evito ponerme tierna con las películas.
Cada día que pasa siento que me hago más dura, más distante, más fría y menos humana.
Esta entrada se la dedico a mi preciosa cruz. Hace algunos años mis padres fueron de viaje a Praga y me trajeron una cruz de huesos que "aleja a la muerte". Hace un par de meses se me rompió por la mitad. Hoy me la he encontrado arreglada en la cocina gracias a mi tío. ¡Bien!
El título de mi entrada es el título de una maravillosa canción de Opeth. Aquí dejo el link:
http://www.youtube.com/watch?v=FBS7ejV9qEk
(((¡Quiero recuperar mi contraseña de youtube!)))
2 comentarios:
Siento joder la marrana, pero lo que te pasa es que te estas haciendo vieja xD.
¡Nunca! Hay que tener siempre el espíritu jovenzuelo.
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